El tiempo parece haberse detenido en el patio central de la Escuela Normal Juan Bautista Alberdi. Algo en el eco de los pasos, en el murmullo de los recreos, despierta una emoción que no necesita palabras.
Esta semana -que culmina con un nuevo 25 de Mayo- no fue una más: quienes alguna vez caminaron esos pasillos volvieron para mirar con otros ojos las aulas donde aprendieron, discutieron y soñaron. El edificio de Muñecas 219 no es sólo ladrillos y pizarrones: es un reservorio de afectos, un espacio donde lo académico y lo emocional se entrelazan hasta volverse inseparables.
LA GACETA recorrió sus espacios como quien vuelve a una casa querida. No fue a buscar una noticia, sino a rendir homenaje. A retratar a quienes sienten a esta escuela como parte de su vida, a escuchar las voces que, entre lágrimas y sonrisas, cuentan lo que significa ser parte de esta comunidad. “Esta escuela me dio todo”, dice una exalumna que retorna como madre de un estudiante. Como ella, decenas se reencuentran con el guardapolvo blanco de la memoria y con ese “¿te acordas?” que atraviesa generaciones.
Fundada en 1875, la Normal no festeja sus 150 años con discursos vacíos: los celebra con el corazón, porque para muchos no fue -ni será- sólo una institución educativa. Un lugar donde cada aula guarda una historia, donde cada rincón tiene huellas de quienes enseñaron y aprendieron y de quienes aún lo hacen.
Esta semana hubo homenajes, recorridos, encuentros y publicaciones. Pero sobre todo hubo abrazos. Docentes actuales que se emocionan al reencontrar a sus antiguos maestros. Egresados que miran con ternura a los estudiantes de hoy. Padres que alguna vez fueron alumnos. Y alumnos que, sin saberlo, ya empezaron a construir su propia historia.
La Normal no es una escuela más: es una forma de pertenecer. Quien pasó por sus pasillos lo sabe. Hay algo que se instala para siempre: una manera de mirar el mundo, de aprender con otros, de decir “nosotros” antes que “yo”. Cada cumpleaños, entonces, no es un simple aniversario institucional: es una ceremonia íntima. Se celebra el pasado, sí, pero sobre todo se celebra la permanencia. La continuidad. La memoria viva.
Y seguirá siendo mucho más que una escuela: será siempre una casa.
Actividades
- Anoche se había programado una cena de gala con personal, jubilados y egresados. También una vigilia en la escuela, citada por integrantes de la comunidad normalista, para saludarla en el día de sus 150 años.
- Hoy, estudiantes participarán a las 9 en el acto del Gobierno por el 25 de Mayo. A las 10.30 habrá concentración en la plaza Independencia y marcha hasta la escuela. Allí habrá un abrazo simbólico. Luego almuerzo a la canasta (con stands de comidas y bebidas) y homenaje a egresados ilustres. A las 19, misa en acción de gracias en la Catedral.
- Mañana, 9.30 acto protocolar en el teatro San Martín.